Hay dos tipos de alimentos que no deberían faltar en la dieta de una persona para la salud, en concreto para la salud intestinal: los probióticos y los prebióticos.
Ambos, son alimentos que pueden ayudarnos a prevenir diarreas y problemas gastrointestinales e incluso intervenir en tratamientos contra otras enfermedades más serias.
Según la Organización Mundial de la Salud, los probióticos son microorganismos vivos que, cuando son ingeridos en cantidades adecuadas, pueden aportar importantes beneficios para la salud intestinal. Son básicamente “bacterias buenas” o levaduras que, además de encontrarse en suplementos y medicamentos también pueden ser hallados de forma natural en diversos alimentos.
Los prebióticos son los hidratos de carbono complejos que nuestro cuerpo no es capaz de digerir por si solo. Estos hidratos son utilizados como alimento por los microorganismos de la flora intestinal, y que actúan como nutrientes para la microbiota humana. Por lo general, muchos prebióticos se hallan de forma natural en las frutas y verduras. Uno de los más claros ejemplos de prebióticos es la fibra.
Características de los probióticos y los prebióticos
Los probióticos también se caracterizan por mejorar la digestión, evitando gases e inflamaciones, y combatir la acidez. Asimismo, mejoran el estreñimiento y la diarrea, regulando el tránsito intestinal. Una gran ventaja de estas bacterias es que son capaces de aumentar la absorción de nutrientes, en especial la vitamina B, el calcio y el hierro.
En el caso de los prebióticos, hay tres características que destacan:
- Ha de ser una sustancia que no se degrade ni se absorba durante su tránsito por el tramo digestivo superior (estómago e intestino delgado).
- Debe sufrir una fermentación bacteriana una vez alcanzado el colon.
- Esta fermentación ha de ser selectiva, es decir, favorecer la actividad y la proliferación de determinadas bacterias intestinales que ejercen efectos beneficiosos para la salud del huésped (bifidobacterias y lactobacilos
¿Dónde se encuentran?
Los probióticos se encuentran en alimentos como el yogur, la kombucha, el chocolate negro o el chucrut. Los prebióticos se encuentran en alimentos como, el ajo, la cebolla, las alcachofas, los plátanos y otras frutas, la miel, el trigo, la avena y otros cereales, la soja y demás legumbres, los espárragos, la achicoria y el puerro.