En algunos casos trabajar desde casa puede aportar flexibilidad y libertad, pero también puede “descontrolar” nuestra alimentación. Descuidar los buenos hábitos puede conducirnos al sedentarismo o a la mala alimentación. En este artículo encontrarás un buen puñado de ideas para comer saludable y beneficiar tu salud, tanto física como mental.
Planifica semanalmente los menús.
Prepara la comida de forma anticipada como si trabajaras fuera de casa. La organización permitirá reducir el picoteo descontrolado entre horas. Además, no cocinaremos más comida de la que necesitamos y, por consiguiente, gastaremos menos.
Diferenciar el espacio de trabajo del comedor
No comas en tu escritorio o no trabajes en la mesa en la que comes. Si esto no es posible, intenta diferenciar mentalmente ambos momentos: recoge los elementos de trabajo para delimitar el espacio destinado a comer y no realices ningún tipo de trabajo mientras comes.
20 minutos para comer ¡sin pantallas!
Es recomendable que dediquemos, al menos, 20 minutos para comer para que la orden de saciedad llegue a nuestro cerebro. Durante este tiempo, es aconsejable evitar las pantallas. Se come mucho más y de manera inconsciente cuando estamos viendo la televisión, smartphone o tablet. Además, perdemos la oportunidad de hablar cara a cara con amigos y con la familia. No es la primera vez que lo mencionamos, y probablemente, no será la última.
Bebe agua
Pon una botella de agua en la mesa de trabajo. Al verla, te acordarás de beber agua y así tendrás el estómago ocupado para que no aparezca el «falso hambre».
Establece tiempo para descansar
Busca un tiempo concreto para descansar dentro de tu planificación diaria. Los pequeños descansos ayudarán a mantener la concentración. Levántate de la mesa, camina o incluso haz algunos ejercicios de estiramientos.
Sí al picoteo, pero saludable
Podemos incluir el picoteo de media mañana o media tarde dentro de la organización semanal. Debemos procurar que estos snacks sean saludables: frutas (mejor si son de temporada), palitos de verduras (zanahorias, calabacines, tomatitos cherry, etc), frutos secos naturales y sin sal, dátiles, yogures sin azúcar, pequeños bocados de pan integral (con hummus, aguacate, quesos), o legumbres desecadas como los garbanzos especiados.
Como ves hay muchas opciones de snacks saludables, sin tener que recurrir a galletas o magdalenas.