La dieta sana también cabe en un «tupper»

¿Es compatible una dieta saludable con el ajetreo de las familias?
Por supuesto que es compatible. El problema es que se suele partir de algunos supuestos que no son del todo ciertos. Se asocia –y con mucha razón– la dieta sana a la que seguían nuestras abuelas y se piensa que debemos pasar en la cocina el mismo tiempo. Olvidamos todos los avances que la tecnología culinaria pone a nuestra disposición: ollas rápidas, comidas que se pueden hacer el fin de semana y congelar, microondas, etc. Lo fundamental es la planificación, tener claro el menú semanal, comprar con antelación y dedicarle algún tiempo el fin de semana.

¿Se puede comer sano en un «tupper»?
Sí, aunque algunas comidas pueden perder algunas de sus propiedades organolépticas (gusto, sabor, olor). Por ejemplo, mejor un pescado en salsa que en fritura.

¿En qué aspectos ha empeorado la alimentación?
En el uso de platos precocinados y frituras, en la utilización excesiva de lácteos y derivados en lugar de la fruta, el consumo de bebidas y zumos envasados y, por último, en el abuso de la bollería industrial.

¿En cuáles ha mejorado?
En la mayor variedad y accesibilidad a verduras y frutas frescas durante todo el año. Y en la concienciación que en las familias, en la escuela y en los medios existe sobre la necesidad de una dieta saludable.

¿Pecados capitales en la alimentación de los hijos? ¿Salir sin desayunar?
Efectivamente, uno de los principales objetivos nutricionales debería de ser que, tanto hijos como padres, desayunen antes de salir de casa. Es curioso que en la consulta, cuando pregunto la razón por la que no se desayuna, algunos pacientes me dicen que a esa hora no les entra nada en el estómago. Sin embargo, en los buffet de desayuno de los hoteles, parece que todos tengamos mucho apetito. Básicamente, se trata de un problema de tiempo, basta con levantarse algunos minutos antes.

Las claves imprescindibles de una buena dieta…
Lo más importante es coger ciertos hábitos saludables. Nos puede servir de referencia seguir nuestra tradicional dieta mediterránea: cuanto más variada sea y más usemos los alimentos de temporada, más seguros podemos estar de seguir una alimentación equilibrada.

¿Confundimos alimentación sana con cantidad?
No está de más que pesemos la ración recomendada para nuestras circunstancias. Lo normal es que estén sobredimensionadas. Se debe comer en cantidades adaptadas a nuestras condiciones: metabolismo basal, actividad física, etc.

¿Una única comida para la familia o menús diferentes?
Hacer varias comidas en un mismo hogar es una práctica totalmente desaconsejable. Las necesidades son distintas pero se resuelve administrando diferentes cantidades. Lo recomendable es que se comparta al menos la cena. Los niños actúan por emulación y aprenden a «comer de todo».

Aprovecho para señalar que dejar que el niño elija el menú es un error nutricional: los gustos del niño suelen estar limitados a muy pocos alimentos y con poca calidad nutricional.